(Otro libro de Rodac Ziluben Tucmanaho)
PRÓLOGO
Porque me duele ver los días, años y siglos
que son desperdiciados impunemente. Me duele ver las vidas de tanta gente
hermosa y bella pasar en medio de la frivolidad y la inconsecuencia, buscando
verdades que están tan cerca y nunca las pueden encontrar. Porque me duele ver
y oír a tanta gente hablar y complicar las cosas más sencillas de la vida. Porque
me duele ver desperdiciar el tiempo humano, el tiempo de barro, como si fuera
menos valioso que el dinero o los bienes que poseemos. Veo a tantos enseñar a
creer en un éxito parcial y servil, para tener la oportunidad de convertir tu
vida en una inversión o en un negocio…ajeno. Me he atrevido a escribir tres
sencillos libros, uno de los cuales es éste.
Te invito a meditar leer y comprobar,
además de “Un secreto que te dejará mudo”, te invito a leer “Tiempos de barro”
y “El Simple y Verdadero camino al Éxito”. Con gusto esperaré tus comentarios
acerca de lo que hayas experimentado, comprobado o aprendido en este blog:
Gracias. (Rodac Ziluben Tucmanaho)
CAPITULO I - SIN RODEOS
Como es mi costumbre, no andaré con rodeos para
presentarte el tema, mucho menos cuando sé que se cuentan por miles los que
toman el asunto como si fueran expertos, y a la vez te dan unas mil y una
maneras de lograr algo que no saben lo que es, no emprendas ninguno de éstos
caminos sin antes haber leído este texto de punta a punta.
Porque la verdad es que, si tú le preguntas
a cualquier persona, en cualquier lugar del mundo que es lo que más desea en la
vida, la respuesta más numerosa es una sola respuesta positiva: “Deseo ser
feliz”, o tal vez la variante: “No deseo nada porque soy feliz, con eso me
basta” por otro lado hay quienes solo desean vengarse de algo o alguien que les
arrebató, precisamente la felicidad.
Como quiera que sea, el deseo más grande de
todas o casi todas las personas en el mundo, es la felicidad. Es lo que más
busca la gente. Y tú, cuando ves el gentío en el centro comercial de tu ciudad,
ten la seguridad de que todo lo que hacen, o dejan de hacer, y algunos corren
para hacerlo más rápido, tiene que ver con su felicidad o la de sus familias,
que es lo mismo. Éste pues, es el tema de mi texto de hoy: Tu felicidad.
Pero, entremos en el tema: pisando un
terreno un poco más complicado, y esto sucede, a propósito, cuando variamos un
poco la pregunta, en vez de preguntar: ¿Qué es lo que más deseas en tu vida?,
les vamos a preguntar, a cada uno: ¿Qué es para vos la felicidad?, ¿qué es esa
cosa que llamamos felicidad?, ¿qué significa ser feliz? En este caso notarás
que las respuestas serán tantas casi como el número de las personas a quien
preguntes, entonces comprenderás que definir la felicidad no está tan fácil.
Esto pasa así por algo muy importante,
importancia que nos va a servir para mostrar cuan complejo trata de hacer
alguno un asunto que nosotros vamos a demostrar que no es así. Vamos a develar
un secreto que te dejará mudo. Solo hasta entonces aplaza tus decisiones y
respuestas que leas en otra parte, porque creo que el secreto de tu felicidad
lo vas a encontrar aquí.
Lo que pasa con la pregunta: ¿Qué es la
felicidad? Es que cada uno la responde desde el único lugar que puede, o sea,
desde su propia realidad, desde su propio mundo. Porque cada persona en nuestra
tierra tiene en su mente, corazón y alma un universo muy personal y único y
para cada universo, la palabra felicidad tendrá un significado más o menos
diferente al de cualquier otra persona. Pero no importa, todavía no llegamos a
la parte difícil.
CAPITULO II - LO COMPARARÉ A…
Como siempre, para justipreciar un asunto
sirve mucho la comparación con algunas cosas parecidas. Y vamos a encontrar muchas
personas que confunden otros conceptos con la felicidad por ejemplo: el placer,
la alegría, el gozo, y hasta el éxito. Muchas personas creen que el placer, el
gozo, la alegría, el éxito, son sinónimos de la felicidad, pero esto es falso,
lo cual va a quedar demostrado patentemente con lo que sigue.
De las mismas respuestas de la gente nos
daremos cuenta de los atributos que tiene la felicidad, esa cosa que desea la
gente, basta con preguntar cómo es la felicidad, y como se ve una persona feliz
y vemos que, según la mayoría, es, algo interior, es profunda, es positiva, es
constructiva o edificante, fortalecedora, optimista, permanente, además nos
hace cooperadores, fidedignos, solidarios, comprensivos y accesibles, además
dicen que la felicidad, se reconoce palpablemente y no se puede ocultar.
Por ello nos damos cuenta que el placer y
la alegría, que, de ninguna manera son permanentes, no pueden ser felicidad,
ellas aparecen y pasan en la vida de la gente, pero en algún momento se terminan
e incluso, pasadas, generan el sentimiento contrario, el recuerdo de las
pasadas alegrías, trae tristeza.
Tampoco el placer en sí mismo puede ser
algo permanente, y hay placeres que, a posterior causan dolor y enfermedad,
como el placer que causa el alcohol o el comer en exceso, evidentemente las
adicciones son fuente de placer y satisfacción
momentánea, pero sus consecuencias son desastrosas, ¿se les puede llamar
felicidad?
¿Qué
podemos decir del gozo? El gozo implica una satisfacción más permanente que las
anteriores y más sanas, porque de por sí las cosas que causan gozo son las
cosas buenas, se goza una buena comida, un paseo, la compañía de un amigo, una
buena lectura, pero tienen la connotación de ser originados por cosas externas
al gozante, en tanto que la felicidad es interna y surge desde adentro de uno
mismo.
La felicidad es plena, profunda, interior,
permanente, satisfactoria, edificante, fortalecedora, optimista, no puede ser
comparada con el placer, la alegría o el simple gozo, tampoco se puede ocultar,
se refleja en el semblante, en las actitudes, en el porte y el talante de las
personas, y de la misma manera, no se puede fingir.
Siempre digo que en las ventanas del alma,
que son los ojos, se puede advertir el velo con el cual uno pretende disfrazar
lo que le falta, en varias escenas de propagandas comerciales que suelen
invitarte a una falsa felicidad, si solo encuadras los ojos de algunas personas
que están en la escena verás que tienen un dejo de tristeza, sonríen con una
sonrisa disfrazada.
¿Cuál es el sello de la felicidad
verdadera, y cual sea su camino? Prepárate para descubrirlo. Te aseguro que te
sorprenderás.
CAPITULO III - NO TODO LO QUE
BRILLA….BRILLA
Por lo general, y por medio, precisamente
de los multimedios al alcance de la sociedad,
esto es, literatura, teatro, cine, propagandas comerciales, radio, televisión y
últimamente la web, existe una especie de confabulación mediática con evidentes
fines mercantilistas y gananciales para venderte la felicidad, o al menos, algo
que llaman así, pues existe, en general, un concepto muy engañoso respecto a lo
que es la felicidad.
El común de la gente, ante este bombardeo
publicitario y mediático, llegan a creer que la felicidad está allí, y creen,
ciertamente, que la gente que allí aparece en imágenes, voz y sonido, bella,
bien cuidada, esbelta y bien vestida (o desvestida) es feliz.
También por lo que dicen y enuncian las
personas famosas y populares de perfil público y notorio, ante los micrófonos y
las cámaras en las múltiples pantallas del cine, la televisión y el internet y,
últimamente por los teléfonos, tabletas, celulares y computadoras, y ahora
incluso iPod y laps tops inteligentes, además de los diarios y revistas locales
y mundiales, donde aparentan saber mucho de felicidad y llegamos a pensar que
son felices, y los transformamos en etiquetas ideales de una mentada felicidad.
Incluso en muchos casos los escuchamos
hablar en público, como si fueran maestros de esa felicidad que, digamos la
verdad, se les concede tanto celuloide como el de que están hechas sus
palabras, o sus cuerpos, pues son una imagen y nada más, por lo que, acerca de
la felicidad, ¿qué pueden saber? ¿Qué institución fehaciente determinó que son
expertos?
Otras personas creen que son felices los
millonarios, los que son poderosos, populares, y envidian el poder y la riqueza
que dan la política, el comercio, la especulación, la delincuencia, o el simple
azar. Todo esto es palpablemente equivocado, con solo examinar la vida, fuera
de la pantalla, todas estas personas, no son ni más ni menos felices que el
común de la gente, con unas cuantas características que todavía empeoran su
realidad.
Aún hay quien cree que son felices los que
son inteligentes, o los que son fuertes, o los que son bellos, lindos y
elegantes, los que ganan torneos, concursos y certámenes de toda clase, admito
que todas estas cosas pueden provocar el gozo, y la alegría, pero esto en sí
mismo no significa felicidad.
Entonces, ¿Qué diremos? Esta es solamente
la película, es lo que se ve, es lo que está en venta, la realidad es otra,
esto es una mera pantomima para que tú compres el boleto y entres en el circo,
y te creas todo este comercio y festival preparado precisamente para personas
como tú y como yo, para que creamos que la felicidad está donde en realidad
menos está.
Pero, aunque te parezca mentira, toda esta
gente, por más plata que tenga, por más plata que gaste, a pesar de todo el
oropel y el ornato con que se envuelvan y las luces que enciendan alrededor no
es ni más ni menos feliz que tú o que yo, ni lo pueden ser.
Tampoco el más inteligente, ni el más
fuerte, ni el más hermoso, ni el más popular, ni el más elegante, ni el
político o el millonario más poderoso
pueden ser ni más ni menos felices que tú o que yo, todavía con el agravante de
que esta gente tiene la obligación de “parecer” feliz, aunque no lo sea, a
veces por su posición política o social, o porque ha firmado un contrato que
así lo estipula.
Nosotros no tenemos necesidad de ocultar
nuestra situación y eso es ya una gran satisfacción, si yo pudiera, en este
librito, hacerte una lista de las personas ricas y famosas que se suicidan, se
envician, y se enferman, y engrosan los finales más tristes que te puedas
imaginar, necesitaría duplicar y más el tamaño de este volumen y no trataría el
tema que quiero.
Solo me resta decirte en este capítulo,
como me entristece la gente que toma a éstos como modelos, y que se peina de la
misma manera y se viste y actúa, como las “estrellas” que admira, cuántas
mujeres admiraron en su momento, por ejemplo, a Rock Hudson y despreciaron a
tantos morochitos porque no se peinaban o no se parecían a él, y con el tiempo
descubrimos que su mentada “masculinidad” era una mentira.
CAPITULO IV - ¿QUIÉN TE TIENE?
De la misma manera que lo anterior hemos
visto pasar a mejor vida a los mejores, a los más ricos y poderosos y sabios
del mismo modo que los pobres y los más ignotos de los hombres y las mujeres,
sin llegar a ser verdaderamente felices.
Todavía muchas veces les pido a las
personas que, usando su sentido común, su razón, me lleguen a decir ¿quién es
más feliz, un presidente de una poderosa nación en el último piso de un gran
edificio rodeado de magnates, sirviéndose bocadillos, caviares y champagne o un
humilde albañil compartiendo un asado en el fondo de su casa con su esposa y
sus hijos?
Yo personalmente me inclino por el segundo,
el primero me imagino que sabe que ni siquiera está entre verdaderos amigos.
Por lo mismo digo que la felicidad es una cosa de lo más escurridiza para la
inteligencia, pero no para el corazón.
Muchas veces he pensado que si alguna
persona logra convencerte que la felicidad es un producto, ha dado un paso
formidable para hacer un negocio contigo, todavía si logra convencerte que ese
producto solo lo puede producir él o ella, te tiene prácticamente en sus manos.
Es lo que viene pasando con la publicidad y
la propaganda, una vez que el bombardeo de spots publicitarios ha doblegado tu
mente te verás llenándote de cosas caras y superfluas que, supuestamente te
hacen feliz.
Haciendo cosas caras y pagando por ellas
para ser supuestamente feliz, ¡cuántos viajeros emprenden sus caros tours de
viaje y al primer día contraen jaqueca, dolor de muelas, o dolor de cabeza y se
pasan soportándolo esos días falsamente “maravillosos”, que resulta que muy
pocas veces salen como la publicidad lo muestra!
La felicidad no es esto, ni se puede
comprar de esta manera, porque no es un producto, la felicidad no es una cosa,
es una forma de ser y una forma de vivir. No es un lugar al cual llegar, es un
camino para transitar. No es algo para tener, sino algo para hacer.
CAPITULO V - ÉSTE,…ES EL SECRETO
Para decirlo de una forma coloquial y
clara, la felicidad no es un producto, no es un lugar para llegar, es un
camino, es una manera de viajar o de vivir o de ser.
La felicidad es como encender un fuego, una
llama dentro de ti, que te llena y te da una satisfacción que solo el que la
tiene la puede entender, por ser interior, solo la puedes encender tú, se te
puede inspirar o sugerir, instar o aconsejar, pero nadie, nadie, repito la
puede encender dentro de ti a menos que lo hagas tú. En las líneas que siguen
te explico la única y comprobada manera.
Existen fuerzas muy poderosas en el mundo
que no desean que sepas este gran secreto, una manera de ser siempre dependerá
de ti mismo, una manera de vivir solo puede salir de tu interior, es una
experiencia interior de una manera de ser que te satisface y te llena, te da
esa plenitud que llamas felicidad, y que nadie te puede vender, cuando la
tienes; tampoco hay algo o alguien que
te la pueda robar.
Cuando eres feliz la felicidad fluye hacia
ti, te sigue, en parte, porque eres su dueño, su poseedor, es como un cetro,
como un trono que te corresponde en razón de tu nobleza interna, que la
obtienes de la manera más sencilla que te puedas imaginar, y la felicidad,
cuando te la mereces no huye de ti como la riqueza de este mundo, ni se consume
y enmohece como éstas.
Sino que ella te persigue adonde vayas y
nada ni nadie, ni hay lugar o personaje alguno que te pueda arrebatar la felicidad.
Cualquier persona puede ser feliz, para ello
solo hacen falta dos cosas que nadie más que tú mismo te puedes dar, lo primero
es creer en el bien, con toda el alma creer en lo bueno y creer que es superior
a lo malo, personalmente, al bien en que yo creo lo llamo Dios, para mi es
Dios, y creo en su existencia y en su superioridad, pero no le exijo a nadie
que crea lo mismo que yo.
Lo segundo es ser bueno, la persona buena es feliz, (y éste es el secreto) la persona que cree y hace lo bueno es feliz, no importa que esté enferma o sufriente, igual se puede ser feliz, tenga uno los problemas que tenga.
El secreto de la felicidad es que es tan sencillo y
barato que nadie lo puede creer. Si tú haces una obra buena todos los días, no
importa cuál sea, serás más feliz cada día, te sentirás bien y mejorarás en tus
problemas y en tu salud, ¿Qué pasa? Te quedaste mudo.
Lo imaginaba, no necesitas ese gran
televisor, ese acondicionador, todo ese maquillaje, esa ropa elegante, en
cambio, si te vas a un orfanato, hogar de ancianos, o a una escuela de barrios
pobres y llevas cada semana un regalo para ellos, no muy caro, pero
significativo para ti, y lo haces de corazón, sin que nadie más lo sepa (a
nadie le importa) sentirás algo que no te puede dar un acondicionador, un
maquillaje o un traje nuevo. Te lo prometo.
Aun la obra más pequeña, si la haces de
corazón “y no para ser visto por la gente”, te hace sentir mejor, tal como
levantar un papel del suelo, dar el asiento en el colectivo, dar una limosna
sin esperar que te digan “gracias”, curar una plantita o un animalito. Todas
estas son cosas que te cambian el día, y cambiando tu día uno tras otro te
cambian la vida.
Mucho más si te esfuerzas y caminas y vas a
un lugar donde puedas hacer algo bueno, dejar un obsequio, cuidar un enfermo o
un necesitado, sea familiar tuyo o no, cuando haces un esfuerzo por sembrar
bondad y bienestar, el fuego feliz que se enciende en tu interior es
indescriptible y eficaz, hace soportables los dolores, las enfermedades y todos
los otros pesares que tengas, con la condición de que solo hagas lo bueno, y
dejes de lado todo lo que esté mal.
Cuanto más te cueste dejar tus comodidades
para hacer lo que está bien, mayor será la felicidad que obtendrás. No te lo
puedo describir o explicar, pero los que saben este secreto, no lo quieren
dejar, si te vas a lugares muy lejanos del mundo verás mucha gente especial que
ha dejado la comodidad y la civilización solo para ayudar.
La sola presencia en el mundo de ellos, es
un testimonio de que te digo la verdad.
CAPITULO VI - UN HOMBRE FELIZ
Conozco alguien a quien hacer una obra
buena intencional todos los días le ha devuelto las ganas de vivir,
literalmente asegura que antes estaba muerto y que recién ha empezado a vivir
cuando ha visto todo lo bueno que es capaz de hacer.
Mucha gente sabe este secreto y se sustrae
al mercado de la moda y a la frivolidad de la publicidad y ha descubierto que
hacer algo bueno por otro ser humano, por el prójimo, es lo más reconfortante,
terapéutico y saludable que en el mundo se puede hacer.
De hecho, muchos jóvenes creen que una
generación de personas generosas podría cambiar totalmente este mundo,
convertirlo en un hogar mejor para vivir. Sin embargo cierta clase de personas
y corporaciones sienten que esto es muy peligroso para sus intereses. Esto
destruye sus negocios y les priva de pingues ganancias, ya que éstas se basan
en la especulación, el egoísmo y la avaricia.
El negocio de la riqueza deja de ser
negocio, cuando se instituye la obra del Amor, y esto te enfrenta con el mundo
monetario y material, es lo que le pasó a Jesús, con su doctrina liberadora del
amor, que liberando a la persona de lo mundano la encaminaba a una vida feliz y
servicial, de acuerdo a las pautas de su evangelio.
Hoy el mundo es igual, y goza robando la
felicidad de las personas buenas, por lo que es primordial que hagas tus obras
buenas con discreción, “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”,
porque si Cristo viniera en estos días resucitando muertos y sanando enfermos,
ten por seguro que le volverían a crucificar.
Pero eso de ninguna manera destruye la
realidad de que la persona buena, generosa y servicial es feliz, ser bueno te
sana de tus enfermedades, mejora los síntomas y te hace ver que el oropel y la
frivolidad de la publicidad y de la moda son sólo lo que se ve, y nada más. La
felicidad es algo diferente que nadie te puede quitar.
Cuando tú haces algo bueno, la persona que
beneficias, lo vive como un milagro, y lo es, pero entonces se da otro milagro,
que este mundo está empeñado en robarte y esconder, es el milagro de la
felicidad, si tú sigues haciendo obras buenas, estás resistiendo a ese enemigo,
que siempre persigue a los buenos y lucha contra el bien. Por lo tanto debemos
persistir en hacer lo bueno y ante los males de esta vida, enfermedades,
pesares y dolores, responderles con el bien y pagar con bien el mal que
recibimos.
En respuesta obtendremos una felicidad que
en ninguna otra parte y de ninguna otra manera podremos obtener, superior al
oropel, al ornato y a la frivolidad del mundo, que nada ni nadie nos podrá
robar, ni siquiera la muerte.
Para acopiar datos ciertos para este libro,
hice una encuesta abierta a más de cien personas de toda clase, haciéndoles
tres preguntas: ¿qué es lo que más desean de la vida?, ¿qué es, en su opinión,
la felicidad?, ¿Cómo es una persona feliz?
El resultado fue el comienzo de este libro,
además de una extensa meditación, de cuyos pormenores eximí a esta obra, a fin
de concentrarme en el punto y tema crucial de la felicidad.
Salieron y están saliendo muchos enemigos
al paso, demostrando que este mundo lucha contra la posibilidad de que seamos
felices, porque la verdad destruye el negocio de sus conspiradores.
Pero yo creo que Dios ayudará para que la
verdad, esta pequeña verdad, sobre todo, brille para las personas buenas y
engañadas que andan por el mundo, en especial por los jóvenes, de quienes creo enfáticamente
que nos darán un mundo mejor.
Es mi esperanza. (Rodac – Versión del
04/07/2020)
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